sábado, 18 de abril de 2009

Tarde de Cine

Una tarde, en un cine de la ciudad, hallábase este muchacho que decidió ir a ver el nuevo filme que estrenaban ese día. Mientras la pelicula corría, parece que el señor de su derecha se durmió ya sea porque la película le pareció una verdadera mierda, o porque ese día había trabajado mucho, quién sabe. El hecho es que no sólo roncaba de la manera más obcena, sino que habiéndo ladeado la cabeza para el costado donde el muchacho estaba sentado, le soltaba el putrefacto hedor de su aliento en la cara. El muchaho haciéndo uso de todo su poder voluntad trataba de no respirar y estaba casi a punto de morir por asfixia.

En un momento su paciencia se rompió en mil pedazos, y de un regio codazo en un costado, el hombre despertó y aplaudió la película. Al instante cayó en la cuenta de que su actitud había sido de lo más desubicada y avergonzante. Así que se sentó cómodamente a ver lo que quedaba del filme.

En un momento, el muchacho no pudo dejar de notar que este señor seguía en efecto expidiendo ese hedor infecto. Su suspicacia le hace pensar que tal vez, y sólo tal vez, el olor le pudiera estar saliendo de la nariz y no de la boca, puesto que la mantenía cerrada.

Así que decide convidarle un caramelo en actitud de condescendencia. El tipo lo pela, y acto seguido, y afirmanado las sospechas del muchacho, se lo clava directamente en la fosa nasal.

Como dice un amigo: ES EL FIN!!!!! No se podía creer...

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