sábado, 4 de abril de 2009

Una Tardecita de Locos...

Relato como se lo contó la prima de un amigo que es conocido de un amigo mío. Y dice así:

Mi día terminaría con la compra del ejemplar de oro de Condorito, donde se cuenta la historia de Cara de huevo tratando de automamársela y finalmente muere desnucado. Para esto me iría a cierto reconocido Magazine Store de la ciudad comandado por Emir Bugo Castrogiovanno del Solar, un hombre pequeño escondido tras un gigantesco nombre. Visaba las delicias que hacen a su vidriera cuando mis oidos captaron fínamente lo que sucedía en su interior.

Bugo se hallaba trabado en cierta charla con cierta gordita que parece que a él le llevaba muchas horas de dedicación manual en su lavabo privado y/o baño público de terminal de trenes.

Trataba él de hacerle morder el ansuelo del amor, pero la gorda nunca picaba. Jamás dejó de mirarle sus enormes senos, y eso fue lo que a ella le sirvió para manejarlo como chancho con correa. Ciertas fuentes extraoficiales cuentan que la Gordita, digámosle Ivana, asistía muy seguido a ver al petiso Bugo con ropas que enardecían su mente a punto de escupir espuma y no darse cuenta. A través de semejante artimaña, Ivana se lleva sendos items de altos valores monetarios, escondiéndoselos en lugares tales como cartera, mochila, paraguas, y raya del upite.

Esa misma tarde, en la que Ivana se estaba metiendo una version inedita del libro gordo de Petete de 450 páginas en su carterita, él la apuró diceindo esto:

—Che, ¿te cabe si te doy un besito?
—Ay, no, Bugo, pero qué decís...

Vi a través de la vidriera que la arrinconaba con gestos muy obcenos, y que ella lo rechazó unas doce veces. Finalmente él se enojó y al punto la echó. Y agarra y le dice: —Bueno tomátelas. Porque me venis a calentar la croqueta y tengo el bulto que no me da más.

Ella acotó: —Bultito.

Y con esto Bugo perdió los estribos, su calentura, y además dejó entrever su grandísima estupidez.

Y le escupe en la cara estas dos preguntas a modo inquisitivo. —¿Pero qué te pensás? ¿Que no sé que ME robás cosas?

Ella, haciéndose la ofendida, se retira del local y pasa por donde yo estaba de pie viendo toda la escena. La gorda se contonoeaba con un paso similar a un pato cagando.

Estuve tentado de entrar y preguntarle qué pasó. Pero justo da la casualidad que dos de sus amigos adolescentes entran al local a mimarlo por su fallido acto amoroso. Bugo, con el corazón partido, les contó su desdicha. Para esto, uno de sus amigos, un muchachote de unos 146 kilos que estudia japonés por ser amante de la serie animada Sailor Moon, trata de abrazarlo para consolarlo. Bugo ve su enorme masa y le hace ademanes de "bueno, bueno, no es para tanto" Pero el muchachote lo estrecha contra su masa corporal y Bugo queda extasiado por los hedores contundentes del mastodonte amigable. Cuando el abrazo finaliza, Bugo no se siente muy bien y le pide a su otro conpañero de Magic que lo acompañe al baño a refrescarse porque está mareado.

Le deja a los otros dos el negocio a cargo. En el interín aparece Ivana y se lleva un Blacksad, un Sarna y el taco de la historia completa de Cocomiel en su versión hentai fotonovelada, donde aparece Mister Hipo siendo abusado por un caniche diabólico.

Justo detrás una señora de unos 75 años, bastante hecha mierda, se mete en el local. Su decisión y porte asustan a los adolescentes que detrás del mostrador miran las revistas que Bugo normalemente no les deja sacar de las bolsitas de plástico. Y con voz autoritaria grita:

—¿Pero qué es esto? ¿Dónde está Bugo? ¡¡¡BUGOOOOOOOOO!!!!

Los jóvenes austados por semejante apurada, temblando de miedo. Apuntan hacia afuera como pueden. Un hilo de voz apenas audible: —Salió. Se fue a...

—¿A dónde se fue? ¿¡Y ustedes quienes son, carajo!? ¡Fuera! BUGOOOOOO. BUGOOOOOOO!!!!

Esto se transforma en un escándalo de novela barata. Y aparece Bugo acompañado de la Mole de Grasa que habla japonés, y cuando ve a su mamá, su cara se pone blanca de miedo. Cuando entra al local los demás salen casi corriendo. Y se encierran. Bugo es reprendido una y otra vez, entre frases tales como "vago", "pendejos amigos hippies", "¿para esto te di la plata?", "inútil como tu padre", y otras tantas cosas mucho más subiditas de tono.

Finalmente la señora se va del local, y todos entramos, yo a comprar la Condorito, y sus amigos a tratar de ayudar en algo. Pero Bugo vapuleado por los hechos, sólo ve su futuro ennegrecido y solitario, donde la masturbación será su única compañera en la vida.

....

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